miércoles, 19 de noviembre de 2008

Mujer en el arte


La mujer, objeto del arte El "Busto de la Reina Nefertiti" del Museo de Berlín; la "Venus de Milo" del Louvre; por supuesto "La Gioconda"; las dos Majas de Goya y hasta las Meninas de "Las Meninas", son mujeres. Podríamos decir también que la primer representación artística de la que se tenga cuenta debe haber sido la talla de una figura femenina, a juzgar por el legado de las "Venus" del Paleolítico Superior, allá en la Prehistoria y en el frío Franco Cantábrico. Sí una mujer fue el primer objeto del arte, y se la representará con senos enormes y el vientre abultado de la fertilidad, sin rostro y sin extremidades, sólo apta para dar a luz y traer miembros a la tribu ¿ Y cómo no adorarla si sangraba y paría al cabo de nueve lunas, que tal vez no se llamarían lunas? Y hubo diosas de uno y otro signo, plasmadas en la piedra, la arcilla o el papiro. Se las pintó y esculpió una y otra vez, pero hasta que una joven italiana Sofisbona Anguisola se registró como pintora en la corte española de Felipe II, no queda registro de artista alguna produciendo arte y de este lado del caballete. Recordemos que el "sujeto" es blanco, propietario y por supuesto hombre ¿Cómo conceder a una mujer las dotes necesarias para la creación? Claro que en la corte de don Felipe no se esperaba que Sofibona creara, sólo era menester que copiara fielmente los rasgos del rey o de la reina. Y así lo hizo, sólo los rostros, porque le estuvo proscrito estudiar anatomía y por supuesto vedadísimo el estudio del desnudo que le permitiría plasmar una pintura mitológica o religiosa de grupo o de cuerpo entero. Pero es la primer mujer que registra la historia de un occidente blanco, como sujeto y no objeto de la obra de arte.

La mujer, sujeto creador Habrá que esperar a la Revolución Industrial, al ascenso de la burguesía y al propio ascenso de la mujer al trabajo rural y fabril así como al imaginario colectivo, para que aparezcan las primeras mujeres que hagan un arte "innecesario" (porque ya no era retrato, alegoría o historia) como era el Impresionismo. Berthe Morisot, Mary Cassat, y la escultora Camille Claudel asumieron sus roles de mujeres que crearon a la par de sus colegas. Claro que su nombre se asocia aún al de un maestro, y Morisot es cuñada de Manet, Cassat amante de Degas y Claudel hermana de Paul y la desgraciada enamorada de Rodin. Pero pintaron, modelaron y tallaron. Caso singular nuestra Lola Mora, mujer criticada y acusada por el naciente movimiento feminista nacional de usar sus vínculos con el poder (masculino) para conseguir los encargos para sus mármoles. Cualquier rosarino conoce el olvido y deterioro de sus mármoles para un primer Monumento a la Bandera, cancelado cuando su nombre fue arrastrado con el de Roca o Avellaneda y sus mármoles arrancados del flamante Palacio del Congreso Nacional. Hemos debido esperar casi un siglo para ver las tallas de Mora lucir en el Monumento que lleva la firma de Guido y de Bustillo.





NOTICIAS

Mujer en el arte

Si bien no todas tratan el tema de género en su obra, su perspectiva como artistas señala problemáticas que Terminan apelándonos. En este sentido, el arte puede ser una plataforma que permite cuestionarnos eso que se llama “eterno femenino”.
La participación de la mujer en las artes plásticas ha ido en crecimiento. Entonces, ¿se podría decir que las miradas se multiplican y con ello se gana en diversidad? ¿El ser mujer tiene un impacto en la representación de lo femenino? “Pues quedará la duda de sí seguimos privilegiando una acumulación de imágenes sobre las mujeres o desde las mujeres. En ambos casos se c
orre el riesgo de seguir reproduciendo clichés y lugares comunes de representación asumiendo ‘presencia’ donde todavía hay ‘ausencia’”, destaca la artista Sila Chanto. La preocupación por el género desde el arte, no es nueva. En los 30, la obra gráfica de Emilia Prieto ya cuestionaba eso que implicaba ser mujer. “Explotación de la mujer por el hombre” (1936), “La caperucita que se comió al lobo” (1936) y “Símbolos” (1937) son ejemplos de xilografías publicadas en Repertorio Americano. En Costa Rica, en los 90 se dio un boom en la producción artística realizada por mujeres. Además, la época marcó una ruptura en cuanto a la exploración de soportes, medios y materiales. Sin pretender encasillarlas, su aporte consiste en ampliar los puntos de vista sobre temas que nos atañen a todos y todas. A partir de una reflexión personal, cuestionan desde la cotidianidad y dejan en evidencia el problema de la desigualdad.




60 mujeres indígenas artistas se reunieron en Chihuahua


Unas sesenta mujeres indígenas artistas se reunieron, entre el 26 y el 28 de marzo, en el Encuentro de Mujeres Indígenas en el Arte popular, realizado en la Plaza de Armas de Chihuahua, México. Las participantes —poetas, narradoras, actrices de teatro, pintoras, artesanas, fotógrafas, directoras cinematográficas, tejedoras— provienen de 23 pueblos indígenas de México: rarámuri, wirrárika, tzotzil, tojolabal, mayo, triqui, mixteco, pima, tepehuano, mazahua, totonaco, pai-pai, zapoteco, yaqui, tzeltal, pápago, nahua, cora, chinanteco, chol, maya, purépecha, tének. En México marzo es el mes de la mujer, lo que fue aprovechado para la realización de este encuentro, que tuvo como objetivo la compenetración de estas mujeres, que comparten el hecho artístico y su cultura, así como, de manera simultánea, darse a conocer en el país, al igual que su trabajo creativo y la diversidad cultural de sus pueblos. Algunas de ellas ya han coincidido en ocasiones anteriores, en las ciudades de México o de Puebla, durante el desarrollo del Encuentro de Mujeres Indígenas en el Arte Popular "Creadoras de Sueños y Realidades". Este encuentro, que se lleva a cabo por tercera vez, es organizado por la Dirección General de Culturas Populares e Indígenas (DGCPI), del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Según sus organizadores, las mujeres indígenas tienen una importante participación en la continuidad y desarrollo de los sistemas culturales indígenas, principalmente por medio de la transmisión de la lengua, la historia, los valores, la cosmovisión y la revitalización de las costumbres. Además de lo anterior, muchas de esas mujeres realizan actividades artísticas que consiguen fortalecer su individualidad y enriquecen la cultura de sus pueblos, proyectando su propia visión como mujeres indígenas en sus respectivos contextos comunitarios.



OPINION:
Las mujeres estan perdiendo el miedo, y preocupación a expresar lo que sienten, estan atreviéndose cada dia mas a a experimentar cosas nuev
as, por lo que en los ultimos años a aumentado la vision artistica de la mujer en todo el mundo , siendo este un gran aporte al mundo , pero por sobre todo al arte.


La mujer en el arte y la política


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